Comprar RELACIONES

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martes, 31 de enero de 2017

siendo la hora que es

cuatro, cuatro y media, entonces.
tampoco estaba, no sé qué decirle.
fuimos, llamamos, esperamos.
no salió nadie mientras estuvimos ahí esperando.
lo trajimos de vuelta, ¿qué ibamos a hacer?
está en la jaula, detrás de las cortinas.
no tiene ni un rasguño.
algo cansado puede ser, el viaje fue largo.
fuimos y vinimos.
hay bastante tráfico a esta altura del mes.
el jueves.
antes va a ser imposible.
tenga en cuenta las circunstancias especiales.
de cuatro a cuatro y media, es lo que pactamos.
no va a ser posible antes, como le comentaba.
entre todos podemos llegar a un acuerdo.
tiene que haber buena predisposición, nada más.
sin duda.
usted tiene razón.
nosotros también la tenemos.
póngase en el lugar.
no, si no quiere nadie lo obliga.
es una sugerencia, una opinión.
bastante tenemos con lo nuestro.
pero hacemos el esfuerzo, lo intentamos.
a veces no nos sale, pero muchas veces sí.
mire alrededor.
respire hondo, no se apresure.
vísteme despacio que estoy apurado.
el miércoles no se trabaja, usted sabe bien.
queda para el jueves.
además, ya le dije, está cansado.
con estrés, seguramente.
es mucho el viaje y para nada.
estar ahí, al rayo del sol, esperando.
y con tanto para hacer.
ahora descansa.
no se haga problema, se lo aseguramos.
pero si no quiere, no; y damos el asunto por terminado.





fernando berton
enero, último día, mmxvii

lunes, 30 de enero de 2017

patas arriba

vamos bajando la cuesta. son algo así como veinte pesos cada dos cuadras, una suma incalculable al cabo de veinte minutos.

ella está patas arriba. y ella está patas abajo. nos vemos entrecortados, porque la señal no es buena después de medianoche. no hay nada que hacerle, la verdad empírica es superior a cualquier hipótesis hipotético deductiva.

de modo tal que no llegamos a horario.

puede ocurrir que un tercio de los estudiantes sepan de qué va la materia, otro tercio esté más o menos al tanto y un tercer tercio no tenga la más pálida idea. en ese caso, los estudiantes del primer tercio, ¿tendrían una bronceada idea? ¿qué tendrían los del segundo tercio?

cambiábamos figuritas con el remanido mantra late-nola, hasta que la tarde se hacía nochecita y un grito indicaba que había que volver. y a veces no se volvía, a riesgo de recibir un coscorrón, una cachetada oblicua entre el pasillo y la puerta del cuarto. cuando no una buena patada en el culo.

ya vendrán tiempos mejores. vendrán mejores escrituras. se podrá salir de noche sin temor a ser violentado. se podrá ser quien uno es sin tener que dar explicaciones.

mientras tanto, las cosas siguen patas arriba.



fernando berton
enero, mmxvii

viernes, 27 de enero de 2017

mt street(s)

San Telmo - Buenos Aires - 2017
principios de una muy fresca mañana de verano. el calor se ha ido de vacaciones, y nos deja una buenos aires ideal: 14 grados a las 8:23 am; la(s) calles() vac(í)as. o algo así.

entonces tengo tiempo para sentarme a tomar un café un poco antes de entrar al trabajo. a leer un poco algo. tengo para elegir, en mi mochila hoy viajan piglia/renzi, elsa drucaroff y julio

cortázar, ¿quién, si no?

el lector desprevenido me toca el hombro entre que la camarera me reconoce por mi gusto ("jarrito cortado") y el susodicho efectivamente es depositado en la mesa. ¿qué onda?, me dice. ¿qué onda con qué?, le digo. con lo de julio, cortázar, quién si no. ¿qué pasa? y, no sé, fijáte. ¿que me fije qué? y, no sé, no es la primera vez que usás ese recurso. ¿y qué? y qué nada, fijáte.

Creo que el lector desprevenido tiene un poco de razón: estoy abusando del recurso. Pero bueno, sepan entender, los lectores no tan desprevenidos, que uno no puede revolucionar la lengua cada vez. Pensaba en Red Hot Chilly Peppers, por ejemplo, que son los anti-sistema inventados por el sistema. En Picasso, que es millonario por hacer cosas que nadie entiende. En un premio que uno obtiene por hablar mal del sistema que premia eso y te permite salir de pobre. En los que dicen que tal o cual se vende al capital porque gana plata con su disco/libro/cuadro que habla de los pobres. Pienso en Dostoievsky, finalmente, mientras le escribe a su editor diciendo que Crimen y Castigo tendrá cuatro partes, y que por favor se la compre porque no tiene para vivir.

¡Pst! ¿Otra vez, lector? Y sí, si usted escribe, alguien tiene que leer. ¡Pero usted, justamente? Es lo que hay. Verdad. Mire, no vaya tan lejos, la gente hoy quiere frases cortas, con punch. ¿Las pastillas? ¡No sea arcaico, quiere! ¿Eh? Déjelo ahí, le digo que ciento cuarenta caracteres. ¡Oiga!, esto es otra cosa, es blogger, no es tuirer. Ya sé. ¿Y entonces? Sea breve, hombre, como Pipino.

Digamos así: la ciudad está ideal, en su punto justo. es fin de enero, no hace esos calorones del averno, no hay nadie (se puede caminar por el medio de la calle tranquilamente), se puede viajar cómodo en el tren, se puede disfrutar un poco de silencio. Entonces se puede creer. No sé, en algo, en el amor, en el fútbol, quizás en la poesía.

Se va al carajo, vea. Al final no hay nada que le venga bien, querido lector desprevenido. Y no. En fin, será hasta la próxima. Será.



fernando berton. enero 27, 2017

martes, 24 de enero de 2017

vidas posibles

¿cuántas vidas serías capaz de vivir?
yo miré para otro lado, saqué un caramelo, lo pasé de un lado a otro de la boca.
¿yo?
sí, vos.
miré hacia arriba y a la izquierda, con la lengua en dirección contraria, el caramelo aplastado entre la lengua y el lado contrario de la mirada.
¿cuántas muertes tendría?
ella miró para otro lado, tragó saliva, se miró las uñas, se pasó un dedo por los labios.
no sé.
entonces yo tampoco sé. no se puede vivir sin morir alguna vez.
es verdad.
se pasó el índice entre el cuello de la camisa y el cuello de ella. movió los pies con cierto ritmo. puso cara de circunstancia.

pedimos la cuenta.

no había mucho más para decir.





mmxvii. fernando berton. enero

lunes, 23 de enero de 2017

in preparation for take off

no sé si le conté, querido lector desprevenido, que mi padre literario ha sido julio.

cortázar, ¿quién otro?

que, como gran provocador que fue, era de banfield, sabiendo que yo soy de lanús.

hacia el año 1984 yo tuve un amor enorme por una chica pequeña. en tamaño, nomás, pero enorme en sabiduría, en sensibilidad. y una tarde, en la placita sarmiento, me dijo adiós, que lo nuestro no iba más. creo que nunca logré recuperarme de eso.

no recuerdo si para entonces había leído Los autonautas de la cosmopista.  supongo que no, porque de haberlo hecho, habría terminado tirándome a las vías del tren. es que carol murió antes de que este libro se publicara. y julio murió poco después, después de haber sido despreciado en su regreso a argentina.

recapitulo: en el 1984 (no el de orwell) quedé frente a frente con un axolotl en el acuario de la república de los niños. ¡vaya paradoja!, un espacio peronista que me condujo a entender a un antiperonista.  yo no era peronista en esa época. tampoco lo soy ahora. pero puedo entender. al peronismo, claro. no puedo entender al antiperonismo. no me sale entender a los que están en contra de los laburantes. en contra de esos que pensaron que estaba bien irse de vacaciones al hotel del sindicato, a comprar un autito, a ser un "hombre suburbano que sigue su rutina", como decía pappo, o ser un "working class hero", como decía john.

lennon, ¿cuál si no?

y bueno, ser un axolotl tiene su precio: no todos te entienden. ni siquiera la chica por la que dejarías de respirar con tus branquias. por la que podrías dejar el agua para empezar a caminar por el barro y respirar con tus pulmones algo frágiles. algo afectados por la atmósfera.

¿qué otra razón tendrían los peces para salir del agua?

entonces te quedás ahí, perdido en el tiempo, perdido en la evolución, en medio de la placita sarmiento, mientras ella agita sus rulos, sus manitos apenas tocan la parte inferior de tus ojos, con los pulgares, los otros dedos sostienen tu mejilla, tu mandíbula.

pasaron algo así como treinta y tres años.

y pensás que ya es tiempo de hacer un homenaje.

a carol, en primer lugar. porque no la conociste. sabés que era fotógrafa, que se había casado con julio, que encaró con ella lo que sería su último trabajo.

a julio, por lógica consecuencia. porque corresponde, nada más ni nada menos. hay cosas que corresponden. y hacer un homenaje a julio es algo que debo hacer. aunque suene a plagio. aunque parezca falto de imaginación.

¿qué otra cosa es un homenaje?


enero, mmxvii, fernando berton

viernes, 20 de enero de 2017

estado de cosas

hoy tuve así como un perfecto mal día.
de esos a los que se llega por consecuencia de cosas anteriores.
me explico:
uno ya tiene cierta edad, ¿no?, y buscar un empleo nuevo puede resultar desgastante;
por un lado te piden experiencia no menor a cinco años (comprobable)
y por el otro te piden de 20 a 25 años.
Entonces me pregunto cómo uno de 20 (que supuestamente terminó la escuela a los 18) puede tener cinco años de experiencia en algún trabajo.

bueno, pero no era ese, o no del todo, el tema. si no más bien el trabajo que uno tiene. y en el que patrón te maltrata, acaso porque sabe que no tenés muchas oportunidades fuera de esa empresa, acaso porque (lo uno por lo otro) es una mala persona.

me explico un poco más: los tipos llegan a la hora que se les canta, se van cuando les parece, jamás te dicen si van o vienen, si vuelven, si están de vacaciones o qué.
okey, digamos que para eso son los jefes.
pero después te mandan un correo satánico porque vos te fuiste un par de horas porque tenías turno con el médico. algo así:

No somos gente necia ni estamos con el látigo y somos permisivos en ciertas cuestiones, pero te pedimos a futuro y sobre considerando que estamos diezmados de personal, si tenes algún medico programado necesitamos que nos avises para organizarnos, no está maxi , no estába norberto y no estaba yo y vos te fuiste al médico, repito no es la idea que nadie vaya a un médico si lo necesita, pero si son cosas programadas debemos saberlas con anticipación, nos avisas y alguien te cubre y listo
Gracias por tu comprensión

es decir, mi compañero está de vacaciones, ellos -los jefes- no están en la oficina (porque no me dijeron que no iban a estar), uno estaba, en realidad, y de pronto desapareció, o sea que cuando le fui a avisar no estaba, y jamás me dijo que se iba.

¡vaya! me piden que haga lo que no hacen.

en fin.

tengo un muy mal día. sepan disculpar
eh, garfield

enero, mmxvii 

lunes, 16 de enero de 2017

lunes 11 pm

ha sido un día complejo, por lunes, por enero, porque sí. tengo sensaciones encontradas, que he perdido hace un tiempo, y ya no sé bien qué quieren decir, si es que dicen algo.
me pregunto cómo se puede escribir si no se escribe, y entonces aquí estamos, los gatitos, las palabras, el teclado, quizás yo.
creo que no les conté de los gatitos.
bastet llegó primero. cabía apenas en la palma de mi mano. tiene ojitos marrones, y es básicamente negra, con detalles rubios, como si se hubiera hecho los claritos.
en sí todo el tiempo tiene hambre, y yo creo que nos relacionamos por eso.
pero ahora está ahi, a mi lado, acicalándose, y cada tanto me mira. y hace como runrún, runrún, runrún, runrún, cuando la acaricio.
que a veces no, porque estoy tocando las teclas para decir que la acaricio, y es cuando se produce el efecto de realidad, ¿no? porque el lector que lee cree que las cosas pasan mientras las lee, pero en verdad el escritor que escribe tiene que apelar a algún artificio para lograr el dicho efecto.
una de las opciones es ilustrar el texto con una foto.
la foto dice que la cámara estuvo ahí, en el momento en que lo que se muestra estaba ocurriendo.
y que, por lo tanto, lo que se dice es cierto.
ha ocurrido.
acá está el testimonio.
esta es la imagen que dice que lo que se dice ha ocurrido, que el lector no debería dudar de lo que se le cuenta porque el testimonio gráfico es más que elocuente.
la imagen que vale más que mil palabras.
pero la verdad no sé.
acá hay una imagen, eso es indudable.
pero no sé cuántas palabras. no las he contado. no tengo ganas. mis ojos están turbios. ven apenas lo que escriben los dedos, algo habituados a  la escritura sin mirar el teclado, aprendido con una vieja underwood de andá a saber de qué año. como esa que tiraban en Los de abajo, de Mariano Azuela.

yo no sé si les he dicho al comienzo que no sabía bien para dónde ir esta noche. ni la noche de ayer. ni la anterior.

es difícil escribir cuando uno no escribe. y esto, ni más ni menos, es un intento por volver a escribir. aunque los gatitos caminen despreocupados por el teclado y hagan de este texto una cosa incomprensible.

ah, les presento: la gatita se llama bastet, y el gatito se llama liam. o lion, según lo diga yo o mi hijo. pero eso a él no lo afecta, porque le digas liam o o lion igual hace lo que le viene en gana.

jueves, 12 de enero de 2017

Las cosas son así

Una señora camina levemente por la vereda del sol, y parece no notar la creciente agitación al respirar a medida que la caminata se acentúa. Transpira discretamente. Para refrescarse, mueve un trozo de cartón que ha recogido de un cesto de basura hace unas cuadras, dos o tres, no puede saberse con exactitud. Sus alpargatas conocieron mejores épocas. Hoy, se defienden lo mejor que pueden de terminar en el cesto del que vino el improvisado abanico. Reciclarse es vivir, pensarían si acaso las alpargatas tuvieran la ocasión de pensar. Una posible salida, piensa la señora que camina por la vereda del sol con su vestido de percal estampado con unas florcitas sencillas, sería darse una vuelta por alguna calle poco transitada donde cada martes de carnaval tiene lugar el ritual de iniciación de las carmelitas y hacerse de un calzado más propio para esta época. No sabe bien dónde ocurre, porque cuenta la leyenda que cada vez es en un lugar diferente. Pero no pierde las esperanzas, después de todo, tiempo para buscar tiene, ya que las mañanas y las tardes para esta época del año son más extensas.

Recoge un cigarrillo casi completo que una mujer apurada arrojó al piso con gesto algo nervioso en el  preciso instante de ingresar a un restorán. La señora sonrió todo a lo ancho de su boca al levantar el tabaco y dar una calada profunda, con los ojos algo cerrados para evitar el mareo (hacía varios días que no lograba fumar) y hasta que los pulmones hicieron un ruido agudo, un silbido que precede siempre al cansancio, a tener que tomar aire con las manos apoyadas en las caderas, los codos extendidos, los dientes apretados.

Apaga el cigarrillo por la mitad y lo guarda en el bolsillo de su vestido para disfrutarlo más tarde. Al meter la mano encuentra un pedazo de bizcochuelo que seguramente le habían dado más temprano, o ayer, no lograba recordarlo, y que había olvidado. Parece ser su día de suerte, y disfruta del sabor dulzón, algo amargo a la vez, de la mezcla de harina huevo y ralladura de cáscara de limón. Mueve suavemente la cabeza a un lado y a otro mientras sonríe y se saca de la comisura de los labios unas migas y un pensamiento de que quizás sea el día de jugar a la quiniela, porque al bingo seguramente no la dejarían entrar.

La noche va llegando y la señora no ha dado con el paradero del tan deseado ritual. Pero siente cierto alivio porque unas nubes algo grises, un poco negras, se hinchan de posible lluvia. Finalmente llueve. Y cae granizo. Primeo unas piedras pequeñas, que rápidamente trocan en grandes trozos de hielo, y debe guarecerse bajo un toldo de un negocio. De cualquier modo se empapa, y el vestido se le pega al cuerpo, el cabello se estira hasta límites insospechados, y el abanico que hasta hace un momento la aliviaba del aire cálido ahora se desintegra entre sus dedos algo azulados, que tiemblan casi compulsivamente, que apenas le sirve para limpiarse un poco la nariz después de una seguidilla de estornudos, y no sabrá decir si el hallazgo fue verdadero o apenas una imagen deseada.


jueves, 5 de enero de 2017

aye no write

difficult to say how many days have passed and I've been sitting there watching the ceiling, listening to songs, reading books, torching a house, kissing some lips, but I still don't write.

i haven't counted the hours, i have to admit

but it's more than a week, so it shouldn't be a trouble for you to calculate

i've got a pain in my eyes and in my back cos i need new glasses and i bent my shoulders over myself to get closer and closer to the screen, but i still can't see well

it's not right that i can't write

or that's what i thought



















porque no es fácil decir cuántos días pasaron y yo sentado ahí mirando el techo, escuchando música, leyendo, incendiando una casa, besando unos labios, pero sin escribir

no he contado las horas, tengo que admitir

pero es más de una semana, no debería costarte calcular

me duelen los ojos y la espalda porque necesito anteojos nuevos y entonces encorvo mis hombros sobre mí mismo par acercarme a la pantalla y aún así no veo bien

hay algo mal que no está bien

o es lo que pensé.



bertonmmxviifernandoenero



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